lunes, 4 de julio de 2016

Era de Akira Kato y Man Bok Park

El voleibol llegó al Perú en 1911, traído por dos profesores norteamericanos, encargados de una reforma educativa y que practicaban dicho deporte como pasatiempo. En esos tiempos era el futbol y el box los deportes que predominaban, es por ello que el vóley no llamó la atención. Fue en 1923 que recién obtuvo popularidad en el territorio nacional, únicamente por una exhibición de jugadores chinos en el Callao.

ERA DE AKIRA KATO: 
Luego de la etapa de iniciación en la que la selección femenina no podía superar segundos o tercero lugares en Campeonatos Sudamericanos, llegó la gran era de “la revolución en el vóleibol peruano”.
Pero Akira quiso demostrar que eso no era cierto y que en el Perú había cantera inagotable de “matadoras” que debían retener la corona en el siguiente Sudamericano de Santos (1967). Así que el estratega japonés empezó a recorrer el país de palmo a palmo en busca de valores.


Y así, se formó una selección estupenda capitaneada por Esperanza “Pilancho” Jiménez e integrada por la inolvidable Luisa Fuentes, Ana María Ramírez, Norma Velarde, Irma Cordero, Rita Pizarro, Margarita Núñez y muchas otras que brillaron con luz propia. Luego de un pequeño bache en Caracas 69, donde Brasil reconquistó el título, Perú inició en Montevideo 71 una larga historia de éxitos sudamericanos, que fue continuada por otro estratega asiático, Man Bok Park, quien llegó al Perú en 1974. Con el coreano, nuestros seleccionados femeninos lograrían los máximos galardones que el deporte peruano ha podido tener a lo largo de toda su historia.



                                                                                         Foto: Google imagenes

ERA MAN BOK PARK


Si bien el japonés Akira Kato había colocado al Perú en un sitial interesante en el ámbito mundial, con un cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de México 68 y subtítulos panamericanos, fue e coreano Man Bok Park quien consiguió que nuestro país tocara el cielo a partir de 1981, cuando se conquistó la primera medalla en el ámbito mundial. Ya las juveniles Tait, Torrealva, Fajardo, Heredia y demás habían madurado convirtiéndose en estupendas mujeres y deportistas, a las cuales se unieron Cenaida Uribe, Sonia Ayaucán y la espigada Gabriela Pérez del Solar, quien llegaría a ser considerada como una de las mejores voleibolistas del mundo con su imponente 1.94 m. de estatura.






                                                                                              Foto: Google Imagenes






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