martes, 21 de junio de 2016

Una Bastilla Inmortal

En el Club Polideportivo de Limatambo, San Borja, se escucha el eco retumbante de una Revolución. A menos de un mes de celebrar el aniversario número 227 del famoso episodio ocurrido en Francia, un proyecto de nombre emblemático comienza a dar sus primeros pasos. Se trata del Club Atlético Bastilla, que en tan solo unos días cumplirá su primer año de fundación, curiosamente, el mismo día del ya mencionado acontecimiento mundial que dividió a la historia democrática en dos: el 14 de Julio.
Sin embargo, este ambicioso proyecto deportivo y social fue concebido desde hace casi dos años atrás, precisamente un 2 de Agosto del 2014. Aquel día, en el Estadio Nacional se encontraban Diego Simón y Guido Bravo para ver el partido entre Universitario de Deportes y la Fiorentina de Italia. Conversando sobre fútbol y sociedad, apareció el sueño de tener un equipo propio, que reuniera los valores que hoy difícilmente se encuentran. Ambos se lo comentaron a Claudia Ballón, Daniel Graña, Diego Alonso Sáenz, Edgar Erazo, Jean-Pierre Dubreuil, Jonathan Strauss, Juan Carlos Vizcarra, Renzo Vinatea y Ricardo Ampuero, quienes en conjunto pusieron la primera piedra de un castillo que sabían que sería difícil de derrocar
“Teníamos desde hace algún tiempo la idea de poder hacer algo relacionado con lo que nos gusta que es el deporte. El de la idea fue Guido, que luego juntó al grupo y a partir de ahí fuimos buscando personas que pudiesen ayudarnos con temas como la administración, las cuentas, el scoutear chicos…” nos cuenta Jonathan, que pies sobre tierra, nos habla también de la fase en la que se encuentra este sueño: “Todo esto se encuentra en la fase inicial. El club recién cumple un año en Julio. Sin embargo queremos ir creciendo en cuanto a disciplinas, así como crecer como empresa e institución”.
El Bastilla cuenta con dos disciplinas hasta el día de hoy. Una es el básket y la otra es el fútbol, sin embargo, otros deportes están en la mira. “Sabemos que hay muchas otras disciplinas. Podríamos añadir el vóley, el fut-sal, el fútbol 7, rugby…también está la posibilidad de tener categorías menores”, añade Strauss.
El trabajo de gestionar estos grupos no ha sido fácil. Muchos de los fundadores son jóvenes y esta es la primera vez que se atreven a dirigir administrativamente una institución. “Lo que más trabajo nos ha demandado ha sido la gestión del grupo, ya que tenemos dos equipos, uno de fútbol y otro de básket. Y unir a los chicos, que se involucren con el comando técnico, organizar sesiones semanales y mensuales de entrenamiento, actividades extra-deportivas, solucionar los problemas que a veces se generan entre compañeros, entre jugadores y cuerpo técnico…”. Suena complicado desde la voz de Guido Bravo, fundador y primer presidente del club, que al terminar dichas palabras cambia de expresión radicalmente para explicarnos la otra cara de la moneda: “A fin de cuentas, todo este esfuerzo es lo que más satisfacción nos da. Ver que los chicos llegan a entrenar temprano, muchos de ellos sin conocerse, que terminen siendo amigos, que respeten la camiseta, que se lleven algo más que un partido o un campeonato, eso es lo gratificante”.

Y en realidad, existe el 100% de coherencia entre sus últimas palabras y la filosofía del equipo. A través de sus redes sociales y en cada medio en el cual aparecieron, los ‘Revolucionarios’ siempre dejaron bien en claro que su intención como club iba más allá del mérito deportivo, claro está, sin dejar de ser competitivo. Cuando consultamos a un miembro del plantel acerca de este aspecto nos quedó marcada su respuesta. No sólo por lo que dijo, sino también por la coincidencia de palabras y hasta frases que habíamos escuchado por parte de los fundadores.
Jerko Pavletich forma parte de la primera ‘camada’ del Bastilla. Estudia Administración y trabaja para la marca Adidas. Tras el entrenamiento matutino, nos concede unos minutos antes de poder ir a estudiar, para ilustrarnos lo que se siente formar parte del club: “Estar en el Bastilla es algo increíble. Muchos de nosotros ya nos sentíamos retirados del fútbol. Nos sumamos más por la idea que tiene el club que por los beneficios que podamos obtener y realmente puedo decir que nos hemos vuelto a enamorar de este deporte, de esta idea de juego, de querer hacer un cambio”.

La identidad Revolucionaria también está arraigada en él: “Nosotros somos una Revolución y eso queremos que se distinga. Esto es como construir una muralla, tú no haces una pared de la noche a la mañana. Todo se consigue ladrillo a ladrillo”. No es difícil imaginar que los mismos ideales se encuentran en todos los demás jugadores.

Otro aspecto interesante es la madurez con la que el equipo se maneja, aún con jugadores tan jóvenes. Según las bases del Torneo de Segunda División de San Borja, los equipos deben tener en cancha, en cada partido, cuatro jugadores sub-18. Todos los demás integrantes de la nómina Bastillesca lo conforman futbolistas sub-21. El primer plantel contaba con 24 jugadores, esta vez son alrededor de 35 en el entrenamiento. Pero utilizando la honestidad que lo caracteriza, Jonathan nos cuenta que se tiene que recortar el plantel. “Sin embargo, no tenemos un número establecido de cuántos pueden quedar, y tampoco nos limitamos. Si decimos que queremos 20 pero hay 22 con aptitud para continuar no les vamos a cerrar las puertas” sostiene.
Como lo mencionábamos, más allá de lo futbolístico, la ideología del club es formar seres humanos de calidad antes que estrellas. Queríamos saber si en el Bastilla se encontraba alguna futura promesa que pudiese brillar en algunos años. La respuesta de Guido fue clara: “Más que promesas, hay muy buenas personas dentro del equipo. No nos adelantamos y no es nuestro objetivo tampoco. Queremos algo más que solo buenos futbolistas, queremos que si en alguna otra institución no les enseñaron a saludar al rival, aquí lo aprendan. Que ayuden a levantarse al contrario, eso lo van a tener presente siempre en su vida y marcaremos la diferencia educándolos así”.
En lo deportivo, también se ha sabido marcar una diferencia. Con un clásico uniforme de camiseta negra, shorts blancos y medias negras, que le dan al equipo un toque de antaño, el CAB disputó su primer campeonato oficial en la segunda mitad del año pasado: la Segunda División Distrital de San Borja. Según la organización del campeonato, el torneo se disputó con nueve equipos, incluyéndose el conjunto blanquinegro. Según los registros, el cuadro dirigido en aquel entonces nada más y nada menos que por Juan Cominges, ex seleccionado nacional por parte de Perú y actual jugador de Cienciano del Cusco, culminó tercero en la clasificación general, siendo el conjunto con más goles a favor que ningún otro, con 30 tantos anotados, y además, con una diferencia de +20, la más alta de la competición.
A pesar de la obtención de dicho puesto, salta a relucir el carácter competitivo y auto-exigente de Bravo: “El balance es bueno, sin embargo creo que pudimos hacerlo bastante mejor de lo que hicimos, por el plantel que teníamos, por el cuerpo técnico que teníamos, porque contábamos con chicos con una enorme calidad. No nos arrepentimos de nada, pero sinceramente creo que estábamos para más”. Jerko tampoco es ajeno a este sentir: “Es una molestia que se ha quedado en el grupo porque sabemos que fuimos superiores a todos los rivales de la Liga y nos quedamos con esa espina. Pero se pasó la página e iniciamos desde cero. Más que un título, lo que queremos demostrar es que se puede hacer un cambio con algo que inició pequeño, y así llegar a lo más grande”.
Curiosamente, el Bastilla quedó por debajo de los únicos dos rivales a los que no pudo derrotar en la temporada. Uno es el Canteras Perú (2do) y otro es el Real Primavera FC (Campeón), con el que cayó 1-0 en el partido considerado “el mejor de la liga” por el registro del torneo. Y a la vez, equipo al que Guido recuerda de manera casi especial: “Recuerdo muy bien a Primavera. Nos dedicaron unos cuantos cantitos en la última fecha. Ellos jugaban después de nosotros en la última jornada y cuando empezaron a ganar por 2-0 se escuchaba de su hinchada una barra ‘cariñosa’ hacia nosotros”. Cuando quisimos saber el coro de dicha barra, nos responde entre risas “te lo diría pero es un tanto irreproducible”.
Para lamento del equipo, sólo clasificaban a Primera División los dos mejores posicionados. El CAB obtuvo 18 unidades, a tres del primero y a tan solo uno del escolta, cosechando seis victorias, dos derrotas y ningún empate, llegando a estar incluso como único ‘puntero’ del campeonato en la jornada 5. Fuera de la estadística pasada, se siente en el ambiente de cada entrenamiento el anhelo y la convicción de lograr sí o sí el objetivo en esta oportunidad, y la verdad, es que es contagioso.
La institución no estuvo sola en todo este proceso. El equipo obtuvo el apoyo de diversas entidades y auspiciadores. Uno de ellos fue FreshLife, que dotó de hidratantes y agua a los Revolucionarios. QuikeAnaya se encarga del trabajo fotográfico tanto del equipo de fútbol como el de básket. La editora Diskcopy maneja el tema de la edición de las mismas para su publicación en las redes sociales.
Diego Simón, también fundador, tiene bien presente el tema de las marcas en las metas a corto plazo como institución y club deportivo: “Ascender y permanecer en los primeros lugares de los torneos. Como institución, asegurar la sostenibilidad del club por muchísimos años, a partir de relaciones comerciales, auspicios o instituciones que quieran sumarse”.
Y vaya que han aparecido aquellos que quieren sumarse, y es que ahora la prestigiosa marca Nike es quien proveerá indumentaria deportiva y las pelotas al cuadro blanquinegro. “Es cuestión de tiempo para que más marcas se interesen”, añade Diego.
Además de los sponsors, en los primeros meses de vida el club contó con bastante acogida en los medios nacionales por la llamativa ideología que manejaba y por lo ambicioso que es generar una mejor sociedad en un país que sin tener temor de decirlo, cada vez parece que pierde más valores. Portales web y hasta diarios como Depor y El Bocón tuvieron entre sus páginas la intención de los de San Borja, llegando incluso a que este último periódico informara semanalmente sobre el andar del equipo en la liga.
Increíblemente, la idea traspasó fronteras. El programa Marketing Registrado de Fox Sports, el portal web Pasión Libertadores ¡y hasta un diario portugués! hicieron aún más conocido al proyecto.

Por medio de las redes sociales la institución también recibía reconocimientos, como los del periodista deportivo Diego Rebagliati en Twitter así como de jornalistas españoles, llegando a menciones de jugadores y entrenadores como Víctor Rivera, que llegó hasta el lugar de entrenamiento del club para conocer más a fondo la ambiciosa idea bastillesca.





El apoyo que recibe el equipo en sus partidos también se hizo visible en las gradas. Según el registro, en el primer juego del Bastilla, los blanquinegros lograron traer alrededor de 60 aficionados, y desde entonces, esa regularidad se ha mantenido en todas las jornadas ligueras.

Y es que muy aparte de los resultados, el juego del CAB mantiene una idea de “querer sentar las bases de un equipo que proponga, que sea ofensivo, que tenga posesión de balón, que tenga un fútbol llamativo por sobre todas las cosas” como nos cuenta Harold Coral, actual entrenador del equipo.

Harold forma parte del club desde el 2 de Mayo del presente año, según su contrato. Es un hombre que según los dirigentes “sabe manejar el vestuario, mantiene una filosofía institucional y una línea deportiva, es bromista y tiene habilidad para crear buen ambiente dentro del grupo”. Además de ser un ‘maradoniano’ empedernido. Luego de una acalorada y divertida discusión entre los goles del ex-capitán argentino a Inglaterra en el 86’, el ‘profe’ Coral nos concede un momento de su tiempo para hablarnos de lo que se siente dirigir al equipo y lo que anhela para el mismo: “Una responsabilidad enorme, un proyecto interesante. El objetivo es pasar a Primera. Queremos ser solidarios, ser competitivos. En lo personal me encantaría que el club siga creciendo, que sigamos consiguiendo cosas y cosechando metas”, son las palabras del DT que anteriormente dirigió al Germania y al Santa Felicia de La Molina. Y que siente un profundo cariño por sus dirigidos, como lo siente Diego. “Como dirigentes es bueno estar siempre presentes para los chicos, que sepan que hay una cara responsable dentro del club, que te vean en los entrenamientos. La idea es generar relaciones de amistad con todos ellos. Muchos nos saludan, conversan de fútbol como de la vida, nos piden consejos…es muy gratificante. Queremos que ellos sientan y sepan que el club es suyo. En verdad están comprometidos”. Además nos habla del buen trato entre los jugadores. “En cumpleaños se llaman, a veces nos juntamos todos para una parrillada, se juntan para jugar un partido cuando no estamos en épocas de entrenamiento. Nos gusta que los chicos tengan esa relación”. Los lazos humanos son vitales para la obtención de éxitos, sobre todo en tiempos en los que las individualidades venden más que la colectividad de un grupo. Justamente a lo último es a lo que aspira el Bastilla, a caminar diferente, a hacer las cosas distintas. Por algo es una Revolución.
Pero el manejo distinto también se genera desde lo administrativo. A partir de ahí, la institución aspira a ser un ejemplo que no sea único en el país, sino que se pueda reproducir cada vez más. Guido nos lo recalca: “Es una oportunidad para poder hacer las cosas bien, una oportunidad para motivar al resto de la sociedad. Pero no esperamos ser los únicos, esperemos que muchos otros clubes se unan a estos ideales. Nosotros intentamos marcar la diferencia pero mientras más seamos será mucho más beneficioso para todos”.
Pero para que quieran aportar a la sociedad es porque se tiene un sentir de que hay ciertos aspectos que escasean en la misma. “A mi humilde opinión, creo que a la sociedad le falta entender el deporte como algo que va más allá del resultadismo, del blanco o negro. Creemos que hay una falta de apoyo del Estado hacia el deporte, no ven lo importante que es como motor de cambio social. Vemos a candidatos que hablan de todo menos de un programa de deportes, una reforma o leyes. Un país que no hace deporte es un país que va directo al fracaso”, son las crudas y reales palabras de un Diego que adopta un matiz de seriedad en la voz al hablar del tema.
Para Jonathan Strauss, los medios también reflejan y hablan mucho de lo anterior mencionado: “Hay un canal que invirtió muchísimo en los derechos de la Copa América y que sin embargo, muchos de los partidos los transmiten en diferido o por último ni los transmiten. Privilegian otro tipo de programas, porque lamentablemente a muchos peruanos les interesa mucho más el consumir de ello”.
Posterior a la crítica, hay esperanza en sus palabras al hablar de las metas que se tienen a largo plazo: La meta es llegar a las máximas categorías competitivas que existan en el país e incluso hacerlo de manera internacional. Institucionalmente, la idea es llegar a ser un club importante y conocido, tener sedes físicas, sociales, centros de alto rendimiento. Incluso hemos tenido la idea de construir colegios. La idea es ser vistos como un club modelo y que esto motive otras iniciativas similares en el Perú. Eso va a tomar buen tiempo, más de cinco años tal vez, requerirá mucha inversión”. Diego lo complementa: “La filosofía del club es trabajar siempre en torno a determinados valores que determinen el éxito tanto en lo deportivo como en lo social, generar con los chicos una semilla de cambio”.
La ilusión y decisión que hay en los ojos de cada miembro del club reflejan ese fuego incesante que tuvieron los franceses del siglo XIX, aquellas personas que partieron, según la Historiografía Clásica, la historia de la democracia en dos mitades. El Bastilla también quiere marcar un antes y un después, una idea sostenible que deje huella en la mente, el seno, el corazón y la historia del fútbol peruano. Si para usted suena difícil o pesado, el anhelo que hay en las voces de los generadores de este cambio es mucho más.
“El Bastilla significa una parte importante de mi vida porque es un sueño que cada vez se va haciendo más real. Me apasiona. Decir que tengo mi propio club y que me esfuerzo por entregarle algo a la sociedad y al país me llena de satisfacción. Está presente desde que me despierto hasta que me voy a dormir”, es el sentir de Strauss.
“Es mii aporte al cambio. Me aburrí de reclamar y de no hacer nada. Cuando Guido me avisó no lo dudé y acepté. Me gusta la idea de saber que estoy contribuyendo con mi granito de arena a la sociedad y al deporte, y por los chicos a los que podemos ayudar”, finaliza con emoción Diego Simón.
En Agosto iniciará una nueva aventura para el Club Atlético Bastilla. Inicia su segunda participación en la Segunda de San Borja, y la verdad, es que es gratificante el poder conocer que dentro del país hay personas que quieren verdaderamente un cambio de mentalidad, independientemente del resultado de un marcador o de bañarse de oro tras la obtención de un título. Esta es la historia de un equipo que ha empezado a hacer historia. Y aunque el comienzo tiene la estatura de Napoleón Bonaparte, el final espera tener dimensiones mundiales. Si un pequeño francés lo logró, ¿cuánto más un grupo de peruanos gigantes?




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