“Equilibrio es el inventivo natural del individuo, porque
las cosas que se hacen futbolísticamente son intuitivas” exponía Alfredo Di
Stéfano. Ayer vimos el claro
ejemplo de la ausencia de equilibrio en un equipo peruano. Cristal ha sacado
los dientes para mostrar sus fortalezas pero escondido las garras a la hora de
defender.
El partido sugería, sin ser tan optimista, que se podía
sacar un buen resultado en la visita a Argentina, un huracán que tiene como
principal arma de ataque a Wanchope Abila, el delantero que inspiraba miedo en
la primera línea y en el banoc del sporting. “ojo con el 9 Jorge, ojo con el 9” gritaba Soso a Cazulo con la
intención de que el delantero esté siempre bien tomado, pero esta vez la
habilidad le ganó a la profecía.
Con un 4-2-3-1 la ´celeste´saltaba al gramado del Tomás
Ducó, donde Calcaterra con mucha libertad transformaba el triángulo
(Calcaterra, Ballón… vértice Lobatón) a una pirámide invertida (Ballón
mediocentro y horacio a la altura de Lobatón) siendo Horacio el que tenía más
llegada en área rival, prueba de esto es el segundo gol de cristal. La sorpresa
vino por las bandas. En una asimétrica formación rimense, Céspedes, aquel
lateral con proyección constante y juego interior, no subió demasiado, siempre
a la altura de Rodriguez y pasando poco la mediacancha. Esto se explica por el
estudio que tuvo Mariano al equipo rival, ante la peligrosidad que se veía en Lucas Chacana, Mariano prefirió cautela
antes que atrevimiento. Por el otro lado Revoredo es el que más ha trepado. Ante
las subidas de Calcaterra, Revoredo se ponía a la altura de interior y a veces de wing,
pero sin consolidar el ida y vuelta que dejaba pagando siempre a la defensa.
En el principio del texto mencionábamos a Di Stefano para
hablar sobre el equilibrio, y es que Sporting Cristal deja muchas falencias en la línea defensiva, en el retroceso de su mediocampo, y en
las basculaciones de ambas líneas. Ante el constante retroceso que tiene Ballón
hacía la primera línea e incrustarse entre Cazulo y Rodriguez deja el espacio
vacio en el mediocentro, imposible de ocupar por Calcaterra y Lobatón por lentitud y aprovechado por el equipo rival, lugar que ha sabido capitalizar
Daniel Montenegro.
La ´maquina celeste´, equipo rico en ataque y pobre en
defensa, tiene dos opciones, o meter muchos goles y terminar 4-3 los partidos o
mejorar sus dos primeras líneas, buscar esa cocción término medio que lo haga
un equipo digerible para la vista y apetecible para el fútbol, Cristal necesita
ese equilibrio del que habla Di Stefano.
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