lunes, 25 de abril de 2016

Estamos todos equivocados

¿Qué es ser pecho frio? ¿A qué se refieren con un jugador o un equipo pecho frio?, tengo la sensación que una frase tan popularizada se ha convertido en nuestra frase cliché, en nuestra frase bandera, en nuestra introducción cuando nos piden realizar un análisis. ¿Tan simple como eso?

Vamos a comenzar definiendo o creyendo entender esa frase de jugador pecho frio o equipo pecho frio. Aquel equipo o jugador que no mete, que no rasca, que le da igual que le empaten, que se muestra apático en el campo y se deja ganar fácil las divididas. tiro estas simples conclusiones por amigos y compañeros que suelen decir esta frase como si su coeficiente intelectual no diera para más.
Nos encasillamos en este concepto tan fácil, los medios, la gente, la gente que ve fútbol pero no lo entiende, los malos, malísimos líderes de opinión que sirven como ejemplo para nosotros los que estudiamos periodismo deportivo y que “aspiramos” equivocadamente a ser como ellos. Tan poco analíticos somos que reducimos un partido de 90 minutos a una frase que se ha vuelto como el himno nacional en estos días. Pechos fríos.

Hemos quedado fuera de la Copa Libertadores, y no hablo por Sporting Cristal, sino por Melgar o la muerte anticipada de la Cesar Vallejo, que juntando los tres solo hemos hecho 4 puntos y 29 goles en contra, mostrando una participación por demás vergonzosa. Comenzamos hablando de este tema porque me parece que el problema no va por ahí, el problema es que seguimos creyendo que una pierna fuerte o un jugador aguerrido nos va a salvar el partido, que buscamos ser tan descalificadamente agresivos que limitamos con la agresión, que queremos jugar como el Atletico de Madrid desconociendo las virtudes y quedándonos con los golpes y carácter fuerte. Tan equivocado vivimos.

No voy a redundar con la obviedad que nuestras divisiones menores son una vergüenza y que la inversión que se pone en ella es nula o vacía cuando son la clave del fútbol moderno. Pero más que eso, es tener gente metida en este deporte que tiene ideas equivocadas, que no entiende que el fútbol cambió hace treinta años y que siguen empleando sus mismas tácticas antiguas, equivocadas, prepotentes, precarias y que no bastando con eso, se encargan de menores. ¿Es una broma?
Nuestro campeón peruano con un técnico atorrante como su comportamiento con los periodistas ha quedado con 0 puntos, sí, 0 puntos, alegando que a él le da igual quedarse con 0, dos o con tres, igual, está eliminado, vaya caradura. Y por otra parte tenemos al eterno Cristal, digo eterno no solo por su participación sino por la monotonía que son sus campañas, sin mostrar un avance en los últimos veinte  años. Pero a Cristal hay que reclamarle y también reconocer que dentro de nuestro paupérrimo fútbol peruano, su planteamiento viene siendo uno de los más vanguardistas y contemporáneos de este tiempo, pero equivocándose constantemente con algunos jugadores que ya comentamos anteriormente y que si repito, sería una muestra de desagradecimiento con mi hígado que tantas veces me ha salvado.


Nuestro problema no está en que si somos pechos fríos o no, se trata de que estamos muy lejos a lo que se muestra el fútbol de hoy, lentitud, solidaridad, repliegues, coberturas, falta de técnica de jugadores (que se aprende en menores), falta de entrenadores capaces, mentalidad mediocre, todo, está eliminación es un conjunto de todo lo negativo que tenemos, y que si no cambiamos, no solo los futbolistas sino los lideres de opinión, los periodistas y los que aspiramos a ser periodistas, seguirá de esta manera. Pensemos en el fútbol, netamente en el fútbol, capacitémonos, entendamos, leamos, busquemos, miremos, hagamos de todo para cambiar esta situación. En primer plano aparecen los jugadores, directores técnicos y dirigentes, pero más abajito seguimos nosotros, destruyendo nuestro propio fútbol.

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