La Champions es ese terreno donde reina lo impredecible, ese
torneo donde imperan todos los géneros literarios, drama, comedia, tragedia y
en ese contexto la epopeya tiene nombre y apellido: Julian Draxler.
Madrid tratará de enmendar ese error cometido en Alemania,
hacer que esos quince minutos iniciales del partido de ida prevalezcan sobre el
Bernabéu y se concrete en gol, por obligación, por responsabilidad, porque es
el Real Madrid. Pero en el fútbol de ahora, donde la utopía se está volviendo
realidad, donde como ejemplo de hazaña nos volcamos a Inglaterra para observar
el Leicester de Ranieri, la tendencia del momento es la hazaña.
Quizás en el partido de mañana observemos un Madrid
diferente y con algunos cambios que Zidane incorporará en el equipo. Uno de los
que prevemos a todas luces es la ausencia de Carlos Casemiro, el mediocentro
blanco ha pasado desapercibido en el partido de ida, no ha sido el encargado
para las salidas con balón, porque Kroos y Modric fueron los asignados para esa
tarea, tampoco ha sido opción de buen pase en tres cuartos de cancha rival, ha
sido un poste inerte en el cual no se podía construir paredes ni tener
retención de balón para hacer juego de posición, en principio Zidane debería prescindir
de Casemiro.
Sin exagerar, Julian Draxler ha sido The player of the night, por su lado se ha mostrado línea de pase abierta,
libre, sin obstáculo, y es que Danilo ha padecido para el repliegue. Draxler,
al encontrarse sin obstáculo ha tenido como contrincante a Pepe que
constantemente le ha hecho cobertura a Danilo para cubrir el espacio, y es ahí
cuando Draxler nos ha dejado boquiabiertos. El alemán ha pasado fácilmente a
Pepe, Ramos y Danilo, que con pequeños amagues y engaños con movimiento del
cuerpo, ha pasado, interiorizado y decidido de la mejor manera, pero el pase no
lo ha sido todo, sino el movimiento luego del pase, se ha ubicado mejor y en
zona libre, además de ordenar a sus propios compañeros con tan solo un
movimiento. Draxler fue el epicentro para la victoria de los lobos.
Avisamos un 4-3-3. No un triángulo invertido como vimos en
el partido de ida (Casemiro, Modric y Kroos) sino un triángulo en su forma original,
donde Kroos se disfraza de mediocentro e Isco y Modric de interiores. Con
Benzema recuperado solo queda aclarar que la BBC tiene la obligación de estar on fire para el encuentro de mañana,
pero ya no como Ronaldo de delantero centro fijando centrales, sino en su
habitad natural, cayendo a banda por izquierda y Bale por derecha.
La Champions tiene esa facilidad de sacar cracks cada
temporada, aquel jugador que te define una fase de eliminación, y si bien el
Wolfsburgo no se resume a Julian Draxler, los lobos se encomiendan a él para
pasar al estandarte de los dichosos, pero claro, está la BBC y eso, siempre es
obstáculo suficiente.
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